En el marco del Salón Internacional de la Logística, SIL 2012, los Comités de Expertos de la Asociación ABE·L y de la Fundación ICIL, encabezados por sus máximos responsables: Juan Ramón Rodríguez, Presidente de ABE·L, y Pere Roca, Presidente del Comité Ejecutivo del ICIL, mantuvieron una mesa redonda el jueves 7 de junio para poner en común distintos valores y aspectos relacionados con la actividad logística y su papel fundamental como motor de la economía, especialmente en un momento económico delicado como el de hoy en día.
De las primeras intervenciones de los profesionales que integran ABE·L e ICIL se desprendió que la actividad logística influye directamente en el consumo y en la industria, en el sentido de que hace posible que los consumidores, tanto domésticos como industriales, puedan llevar a cabo sus operaciones de aprovisionamiento. Por tanto, una cadena de suministro no será realmente eficaz y eficiente si al final no es capaz de ubicar en el mercado aquellos productos o bienes que demanda el consumidor, sin olvidar la posterior logística inversa para el reciclado o devolución de los mismos.
Los expertos de la Asociación ABE·L y de la Fundación ICIL definieron cuatro factores clave para que la logística sea realmente motor de la economía y de activación del consumo:
1) Accesibilidad. La logística da accesibilidad a los productos y bienes en el mercado, facilitando de esta forma que se incremente la capacidad de consumir de la sociedad. Asimismo, los nuevos canales y los nuevos sistemas de distribución permiten activar el consumo.
2) Disponibilidad. Es esencial que el consumidor encuentre el producto que busca o quiere comprar. Por ello, la actividad logística, esencialmente la relacionada con la planificación y la eficiencia en la gestión de los stocks, es la que permite de nuevo activar el consumo, evitando la no-venta por no estar disponible el producto en el lineal.
3) Precio. La sociedad consume cuando ve que la relación calidad-precio de un producto es interesante. Ante esta realidad, es necesario que la cadena de suministro apoye esta eficiencia en el coste. Si se consiguen mejoras en todos los procesos, éstas deben repercutirse en el precio del producto. Si las mejoras sólo se encaminan a incrementar los márgenes, no se está contribuyendo a activar el consumo.
4) Riesgo. Cuando el consumidor adquiere un producto, también espera tener sus expectativas de servicio cubiertas. Es a través de la logística inversa que puede ofrecerse al consumidor el cumplimiento de esas expectativas en ámbitos como la devolución o retorno, el reciclaje o la revalorización; consiguiéndose de esta forma que el consumo se haga con más confianza y fidelización.
Una cadena de suministro apoyada en estos cuatro factores hace posible que el consumo, tanto doméstico como industrial, se active.
Todos los participantes también coincidieron en señalar que uno de los principales retos del sector es trasmitir a la sociedad la importancia de la logística como impulsora de la economía, motivo por el cual hay que establecer una formación reglada bien definida y hacer que la profesión de logístico sea atractiva ante la sociedad.
Los expertos de ambas entidades también coincidieron en que, actualmente, la actividad logística es la que hace posible que cuando un cliente pide algo, lo tenga en el lugar y en la forma en que lo necesita y a un coste mínimo integral que incluya desde el origen hasta el final, es decir, pasando por los procesos de aprovisionamiento, devolución y distribución física. Esto aporta valor a la economía en cuanto genera una cantidad de riqueza y de recursos necesarios para poder materializar estas funciones, sean meramente productivas o de distribución física en función de las características de cada país.
En el caso de España, país en el que en un horizonte corto no parece que vaya a crecer en el ámbito de la producción efectiva, la logística es una de las bases sólidas que tiene para distinguirse de otros países, especialmente en cuanto a la distribución se refiere. Si se consigue dar un nivel de servicio distinguido del que se pueda dar en otros países, podrá ser referente en logística. Pero esta posible realidad debe ir acompañada de una buena relación calidad/coste/precio, ya que el precio lo marca el mercado pero sin calidad no se vende. Por tanto, la logística puede ser motor de ventas, a través de la reducción del coste integral de aprovisionamiento, pero siempre y cuando esta rebaja del coste no engrose los márgenes, sino que reduzca el precio de venta de los productos en el mercado.
Para cualquier economía, la logística es la herramienta que permite enlazar el producto con el mercado y, por tanto, forma parte de la gestión del consumo. Y, aunque la situación actual es difícil, el consumo y la actividad industrial siguen y seguirán existiendo, con más dificultades y con menos márgenes, pero continuarán formando parte de la economía del país. Por tanto, es en estos momentos más delicados cuando el compartir proyectos y colaborar en iniciativas toma mayor fuerza y dimensión. Se trata de agrupar intereses para conseguir un mismo objetivo: activar el consumo y contribuir a mejorar parte de los indicadores económicos del país. Pero en España, a diferencia de países como Alemania o Francia, todavía no existe la cultura de la colaboración. Los expertos creen que los grandes distribuidores, cargadores y fabricantes podrían coordinarse en funciones que contribuirían a favorecer la reducción de costes y precios.
Según los integrantes de ABE·L e ICIL, otro factor que puede ayudar al crecimiento de la economía es la creación de valor añadido. Y, dado que la actividad industrial y el consumo no crecen, la logística es la función que puede generar valor añadido, siempre y cuando vaya acompañada de procesos que generen ahorros de coste y tiempo.
Finalmente, los participantes en la mesa de debate de ambas entidades establecieron varias conclusiones en torno a cómo la logística puede ser motor de crecimiento, y más especialmente en tiempos de crisis.
Conclusiones
- El sector logístico crea la necesidad de disponer de infraestructuras, porque las necesita utilizar para poder rebajar sus costes, y además genera empleo. Por tanto, la actividad logística del país contribuye a forjar riqueza y a impulsar la economía.
- Los procesos logísticos dan valor añadido a los bienes y productos puestos a disposición del mercado y el valor añadido va asociado a la creación de riqueza.
- Hay que incentivar a las pymes españolas para que acerquen sus servicios a aquellos que los tienen que consumir.
- La gestión empresarial debe ir por nuevos caminos que se alejen de la tendencia a competir ferozmente. La misión de formar en supply chain tiene que basarse en esta nueva forma de gestionar para contribuir a generar riqueza.
- La logística puede ser un motor de incremento de ventas siempre y cuando consiga influir en aquellos que toman las decisiones. Esa influencia puede hacerse efectiva si el sector logístico consigue transmitir que es necesario acudir a los expertos en supply chain para cualquier planteamiento estratégico del país.
- Hace falta tener una mayor visión de miras en lo que a cultura empresarial se refiere. Al igual que, por ejemplo, en Estados Unidos, los gestores empresariales deben analizar los costes uno a uno, incluso también los micro costes.
- Hay que apoyar el consumo resaltando y dando prioridad a aquellos aspectos logísticos que pueden generar nuevos negocios en las empresas. Y la logística es un elemento que puede contribuir a que las empresas puedan ser más competitivas.
- La economía puede reactivarse a través de un mejor aprovechamiento de los recursos existentes; y la logística lo permite. Pero ello implica que el modelo tiene que ir cambiando dado que el consumidor está permanentemente buscando cosas nuevas.
- La logística será o no será motor de la economía en la medida que sea capaz de influir en el tejido empresarial e industrial en términos de máximo aprovechamiento de la cadena de suministro, e influir en el ámbito político para que las infraestructuras se vertebren adecuadamente a las necesidades de las organizaciones. Pero, para influir, hay que organizarse y planificar a largo plazo.