El automóvil está apostando por un futuro mejor, impulsando el mercado interno y buscando alternativas en la exportación de vehículos. Además, la flexibilidad alcanzada gracias a los convenios de empresa negociados entre trabajadores y empresarios en las fábricas de automoción, ha marcado un antes y un después, con una clara influencia al alza en los volúmenes de producción.
Según ANFAC, “la capacidad para seguir mejorando en diferentes aspectos es aún muy amplia. Trabajamos en diferentes pilares para la automoción y con iniciativas transversales para la economía de nuestro país. Uno de ellos es la Formación para el empleo”.
Las inversiones del sector del automóvil en Formación alcanzan casi los 60 millones de euros anuales, pero su retorno es de apenas 6 millones. Para ANFAC “con un nuevo modelo de formación, se podría incrementar la competitividad de nuestras factorías, permitiendo continuar el camino para alcanzar el objetivo de
reindustrializar nuestro país y alcanzar los 3 millones de vehículos fabricados. Además, las empresas con sus expertos podrían incrementar su rol social, formando a otras empresas y desempleados”.
Propuestas de ANFAC para reformar la Formación
Con carácter general, es necesario un mayor protagonismo de las empresas en la Formación para el empleo, indican desde ANFAC.
El eje central de la propuesta de ANFAC es desintermediar la Formación, dando pleno protagonismo de las empresas en la organización, gestión de los fondos e impartición de los cursos de formación.
También abogan por una autonomía en el diseño de los cursos, por la gestión de los fondos por las propias empresas (al menos las grandes, con capacidad para ello), así como por un incremento de los retornos, consiguiendo con ello una valoración a coste real de mercado de los costes formativos e inclusión de todos los conceptos.
Para ANFAC también es importante la corrección de las deficiencias identificadas para la Formación de demanda, propiciándose un acceso a fondos complementarios a su cuota, además de la impartición con los propios medios de las empresas, sus propios trabajadores especializados y sus propios centros de formación, estén o no acreditados ante la Administración. Asimismo, habría que llevar a cabo una evaluación de la Calidad por la Administración y un control de los Gastos “a posteriori”.
Por lo que respecta a las alternativas, desde ANFAC afirman que hay que mantener la formación de Demanda (Formación Continua), eliminando todas sus ineficiencias y aumentando la financiación de la formación para las empresas (Crédito asignado). También hay que mejorar los Programas de Oferta para ocupados (Formación Continua) y desempleados (Formación Ocupacional), con participación directa de las empresas, suprimiendo o reduciendo requisitos en la contratación y abriendo la participación de las empresas a todo tipo de acciones formativas.
Otra aspecto a tener en cuenta es la inclusión de las acciones formativas realizadas antes de la publicación de las convocatorias y disponer de criterios valoración adecuados.
Otras alternativas que desde ANFAC reivindican es la puesta en marcha de un “Cheque Formación” que, de utilizarse, los beneficiarios deben ser las empresas, a coste real, y utilizar éstas sus propios medios, personal y centros de formación.
Un estudiante de FP en España termina sus estudias y está preparado para iniciar la formación específica en la empresa. En países de la UE, un estudiante de FP finaliza sus estudios y está capacitado para empezar a trabajar directamente. Para incrementar la competitividad, “hay que tender hacia este segundo modelo. Con más reformas daremos una nueva visión de avance a los inversores internacionales para seguir impulsando la industria española”.