El Vicepresidente de la Comisión Europea, Antonio Tajani, Comisario de Industria y Emprendimiento, ha dicho: “Este informe pone claramente de manifiesto que la crisis de 2008 dio lugar a una importante aceleración del declive industrial europeo, y que la industria necesita un apoyo específico que le ayude a recuperar el crecimiento. Europa se encuentra aún muy lejos de lograr que la industria manufacturera suponga una proporción del 20% del PIB antes de 2020. Para cumplir este objetivo, debemos centrarnos en la reindustrialización”.
El informe de 2013 sobre la estructura industrial pone de relieve la necesidad de que haya un renacimiento industrial. Asimismo, la Comisión Europea insta a los Estados miembros a que reconozcan la importancia crucial de la industria para generar empleo y crecimiento y a que integren las cuestiones de competitividad relacionada con la industria en todos los ámbitos políticos. Este es el principal mensaje de la Comunicación «Por un renacimiento industrial europeo». La Comisión invita al Consejo y al Parlamento a adoptar propuestas relativas a la energía, el transporte, el espacio y las redes de comunicación, así como a adoptar y hacer cumplir la legislación sobre la realización del mercado interior. Además, debe proseguirse la modernización industrial mediante una inversión en innovación, eficiencia de los recursos, nuevas tecnologías y capacidades o acceso a la financiación, todo ello acelerado por el recurso a fondos específicos de la UE. Esta Comunicación promueve una Europa más favorable para las empresas mediante acciones para simplificar el marco legislativo y mejorar la eficiencia de la administración pública a escala regional, nacional y de la UE. Otras cuestiones clave son facilitar el acceso a los mercados de terceros países gracias a la armonización de las normas internacionales, procedimientos abiertos de contratación pública, la protección de los derechos de patente y la diplomacia económica.
Una sólida base industrial es una de las condiciones para el crecimiento y el empleo
La Unión Europea está empezando a salir de la recesión más larga de su historia, que ha subrayado la importancia que tiene un sector industrial fuerte para la resistencia económica. El papel que desempeña la industria en Europa va mucho más allá de la fabricación: del aprovisionamiento de materias primas y el abastecimiento energético a los servicios a las empresas (logística) o a los consumidores (servicios posventa de bienes duraderos) o el turismo. A la industria se deben más del 80% de las exportaciones europeas y de la investigación y la innovación privadas, lo que indica que su importancia es mucho mayor de lo que parece desprenderse de su proporción en el PIB. Casi uno de cada cuatro puestos de trabajo del sector privado se encuentra en la industria y suele requerir una alta cualificación, y cada empleo adicional en el sector manufacturero genera entre 0,5 y 2 empleos en otros sectores. No obstante, la proporción de la industria manufacturera en el PIB disminuyó hasta el 15,1% en verano de 2013, y está muy lejos del objetivo del 20% para 2020, que la Comisión presentó en 2012.
Una industria competitiva en un lugar destacado de la Agenda Europea
La importancia de los desafíos que aguardan a Europa exige atención y una orientación al más alto nivel político, que es el Consejo Europeo. Esto es fundamental para garantizar la coherencia y la priorización de todos los instrumentos de que dispone la UE. La Comisión invita a los Estados miembros a reconocer la importancia fundamental de la industria para impulsar la competitividad y el crecimiento sostenible en Europa y para una integración más sistemática de los aspectos relacionados con la competitividad en todos los ámbitos políticos.
A tal efecto, la Comisión considera necesarias las siguientes prioridades en favor de la competitividad de la industria europea:
- Reforzar la integración de la competitividad industrial en todas las áreas políticas, dada la importancia de la contribución de la industria a la economía global de la UE.
- Aprovechar al máximo el potencial del mercado interior desarrollando las infraestructuras necesarias, ofreciendo un marco reglamentario estable, simplificado y previsible favorable para la iniciativa empresarial y la innovación, integrando los mercados de capitales, mejorando las posibilidades de formación y movilidad de los ciudadanos y completando el mercado interior de servicios, tan importante para la competitividad industrial.
- Tomar medidas en el mercado interior y a nivel internacional para garantizar un acceso a la energía y a las materias primas a precios asequibles que reflejen las condiciones internacionales.
- Desplegar y aplicar instrumentos europeos de financiación, combinando de modo eficaz los programas COSME y Horizonte 2020, los fondos estructurales (fondos regionales dotados de, al menos, 100 000 millones EUR) y la financiación nacional para seguir trabajando en innovación, inversión y reindustrialización.
- Restablecer el crédito a la economía real. A este respecto, el Banco Europeo de Inversiones debe desempeñar un papel más estratégico y conceder más préstamos a la innovación y a proyectos industriales. La UE debe solucionar las carencias que persisten debido a la fragmentación de los mercados financieros, y crear las condiciones para que surjan fuentes alternativas de financiación.
- Facilitar la integración progresiva de las empresas de la UE, las PYME en particular, en las cadenas de valor mundiales para incrementar su competitividad y asegurar el acceso a los mercados mundiales en condiciones competitivas más favorables.
- Aumentar la competitividad industrial es esencial para relanzar el crecimiento y el empleo con el fin de alcanzar la proporción de hasta un 20% de la industria manufacturera en el PIB de aquí a 2020.