El lunes 14 de enero, se producía el acto simbólico de la colocación de la primera piedra –el edificio ya está en avanzada fase de construcción– de la nueva terminal que la naviera Grimaldi va a tener en el puerto de Barcelona. Bautizada con el nombre de Grimaldi Terminal Barcelona, la infraestructura del muelle Costa del puerto barcelonés, que se inaugurará oficialmente en el mes de junio, supone una inversión cercana a los 20 millones de euros. Gracias a esta inversión, el grupo de transporte italiano consolida su fuerte compromiso en hacer de Barcelona el epicentro de sus servicios marítimos de corta distancia en el Mediterráneo Occidental.
La ceremonia contó con la presencia de diversas autoridades, incluyendo al conseller de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat de Catalunya, Santi Vila; Marco Riccardo Rusconi, Consejero Económico y Comercial de la Embajada Italiana en Madrid; Sixte Cambra, presidente del Port de Barcelona; Antoni Vives, tercer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona; Guido Grimaldi, Director Corporativo Comercial Truck & Trailer del Grupo Grimaldi, así como Mario Massarotti, director general de Grimaldi Logística España.
Durante la inauguración Guido Grimaldi destacó que la compañía está llevando a cabo importantes inversiones, tanto en nuevas infraestructuras, como es el caso de la nueva terminal, como en 5 nuevos barcos con-ro para carga convencional y rodada más rápidos y más sostenibles y que suponen una inversión de unos 500 millones de euros. Estos elementos van a contribuir a “poder obtener economías de escalas en estos momentos de crisis”. El máximo responsable de Grimaldi también indicó que una vez esté en marcha la nueva terminal, Grimaldi Group estará en condiciones de poner en marcha nuevos servicios desde el enclave catalán. Para ello, “ya estamos buscando nuevas cargas”, indicó, ya que la mayor dimensión de los nuevos buques ‘Eurocargo’, que tienen capacidad para transportar 280 camiones y 300 coches, así lo permitirá.
Guido Grimaldi explicó que la puesta en marcha de la nueva terminal es también importante para el puerto de Barcelona, ya que se incrementará los tráficos de short sea shipping del enclave catalán gracias a los servicios que la naviera italiana tiene con distintos puertos italianos. Esta inversión «demuestra el objetivo del Grupo para ofrecer servicios de alta calidad de acuerdo a las necesidades de nuestros clientes. Nuestro objetivo es mejorar aún más nuestra amplia red de autopistas del mar, el fortalecimiento del papel de Barcelona como un puerto estratégico para el tráfico de mercancías y pasajeros que ofrece el Grupo Grimaldi”.
En este mismo sentido se expresó el presidente el Port de Barcelona, Sixte Cambra, que recordó que el short sea shipping, tráfico principal que operará en esta terminal, “es una actividad estratégica para el Puerto de Barcelona” y que “una terminal como esta reforzará la posición que tiene el enclave con su hinterland y potenciará el valor estratégico de los tráficos”, repercutiendo positivamente en la actividad económica del país.
Sixte Cambra avanzó que pronto “veremos nuevas líneas de Grimaldi operando en Barcelona, lo que consolidará la presencia de esta compañía que consigue que unos 100.000 camiones no circulen por las carreteras” y concluyó recordando que más actividad supone más tráfico y más puestos de trabajo, “que es para lo que todos estamos aquí”.
Durante el acto de celebración, el conseller de Territori i Sostenibilitat, Santi Vila, señaló que el puerto de Barcelona puede ser una infraestructura “intermodal en transporte aéreo, short sea shipping y ferrocarril para la mega región del sur de Europa”. Y añadió que la nueva terminal de Grimaldi es un ejemplo de “éxito de la iniciativa pública y privada en inversiones que tienen sentido porque tienen rentabilidad económica y social”, además se trata de una “iniciativa sostenible”.
Por su parte, Mario Massarotti, director general de Grimaldi Logística España, explicó que la terminal es una obra “válida y buena” porque supone un patrimonio no sólo para la naviera sino “para el puerto, clientes, operadores y trabajadores”.
La nueva terminal
La nueva infraestructura, diseñada por la arquitecta Yannic Levêque de la empresa IDOM, incluirá un edificio de tres plantas con un total de 3.750 metros cuadrados de superficie, una explanada y una pasarela con tres fingers de conexión entre terminal y puertos de atraque de los barcos. La superficie total será de 63.000 metros cuadrados, de los cuales 1.000 serán de oficinas y 350 de locales comerciales, un restaurante y una gran sala de conferencias. En la terminal podrán embarcar y desembarcar 1.800 pasajeros simultáneamente.
El Grupo Grimaldi se adjudicó la concesión de la nueva terminal en el muelle Costa del puerto de Barcelona por un período de 15 años, prorrogables por otros 7 años y medio. Sobre la nueva infraestructura, Guido Grimaldi señaló que, al ser pública, en ella pueden operar otras navieras, por lo que “ya estamos intentando captar a otros compañías para que operen aquí».
Tráficos y servicios
Grimaldi Group quiere crecer en tráficos entre España e Italia a los largo del 2013, especialmente en pasajeros, tráfico que se ha visto reducido en 2012 debido a las circunstancias económicas actuales. Según Guido Grimaldi, el año pasado el tráfico de mercancías se mantuvo estable y no se vio afectado por la crisis.
Actualmente los buques Cruise Roma y Cruise Barcelona cubren la línea entre Barcelona y Civitavecchia (Roma) con salida diaria excepto el domingo. Los mismos barcos escalan en Porto Torres (Cerdeña) durante los meses de primavera y verano.
Grimaldi también ofrece desde Barcelona un servicio semanal de pasajeros y de carga a los puertos de Livorno y Tánger y un servicio con tres salidas semanales hacia Livorno y Savona sólo de carga, con los buques ‘Eurocargo’.
Sobre la puesta en marcha de nuevos servicios desde Barcelona, aprovechando los servicios de los buques ‘Eurocargo’ entre el Mediterráneo y África occidental, Guido Grimaldi no quiso confirmar nada al respecto, aunque sí que manifestó que las posibilidades existen ya que “nunca se sabe dónde se pueden poner los barcos”.