La acción más reciente en cuanto a expansión internacional se ha producido en marzo de este año, cuando Ibercóndor Barcelona entra a formar parte del capital de la firma italo-española Tilar Italia, s.r.l., con un importante porcentaje. Tilar Italia, con sede en Buscate (Milán), dispone de plataformas en las localidades de Campogalliano (Emilia Romagna / Marche), Castelfranco (Toscana), Verova (Veneto) y Sarno (Nápoles).

Lluís Miquel Sala y Lluís Mellado señalan que “la cooperación con Tilar Italia es anterior a la entrada de Ibercóndor Barcelona en el capital de la misma. Ello nos ha llevado a tener una buena visión de negocio con todos los socios integrantes y, sumando sinergias, estamos ya obteniendo unos excelentes frutos, en un mercado –el italiano- en el que ya llevábamos más de 20 años liderando un importante tráfico”. Según los máximos responsables de Ibercóndor Barcelona, “decidimos actuar para afianzar el futuro más inmediato y, a medio y largo plazo, ganar en tranquilidad, evitando especulaciones”.
2009 también fue para Ibercóndor Barcelona un año de retos y de buenos resultados, si lo comparamos con lo que se está viviendo, fruto del trabajo en equipo. Por un lado, la transitaria invirtió en la puesta en marcha de dos nuevas cuentas de explotación. Y, por otro, concretamente en el mes de noviembre, obtuvo la certificación como Operador Económico Autorizado en su versión más amplia de Simplificación de Trámites Aduaneros y de Protección y Seguridad (AEOF).

Asimismo, fue también importante la firma de dos alianzas estratégicas a las que “seguirán dos más en el presente ejercicio”, señalan Lluís Miquel Sala y Lluís Mellado. “Queremos dar una cobertura más global a nuestros clientes, incluso fuera de nuestro puro ámbito sectorial y, muy recientemente, acabamos de cerrar un acuerdo para cubrir con servicios propios los mercados de Albania, Kosovo, Macedonia y Eslovenia”.
Profesionalidad y ética de todo un equipo humano
Preguntados a qué se debe la estabilidad de Ibercóndor Barcelona, ratificado por estos logros alcanzados, Mellado y Sala responden sin vacilación: “porque contamos con un equipo de profesionales que en su gran mayoría vive la empresa como propia y que comulga con nuestra filosofía. Ibercóndor Barcelona, además de ser una compañía que, al igual que todas, existe y funciona para generar beneficios, tiene su propia finalidad social; si en 1992 de Ibercóndor Barcelona vivían 16 familias, ahora lo hacen 75, y nos sentimos muy orgullosos de ello. Creemos que este es un sentimiento recíproco porque siempre hemos mantenido que la compañía debe defender y proteger los intereses de cada uno de sus colaboradores pero, en la misma medida, cada uno de ellos debe también defender y proteger los intereses de la empresa porque, al fin y al cabo, defendemos intereses comunes. Ésta es nuestra ética empresarial”.
Lluís Mellado y Lluís Miquel Sala añaden que “nuestra manera de entender la vida y el negocio no pueden ir por separado; ante todo, somos personas con ética y profesionalidad y hemos comprobado que ello tiene su recompensa: a lo largo del primer trimestre de este año hemos experimentado una fuerte recuperación respecto al mismo trimestre del año anterior”.
“Integrity in Motion”, una red de empresas y proyectos basados en la integridad
Integrity in Motion, Integridad en Movimiento, es una empresa que nace con el objetivo de ser ejemplo de un nuevo paradigma de gestión empresarial en el que el idealismo, la espiritualidad y la visión de futuro se combinan con el pragmatismo profesional de dirección empresarial para ayudar a concretar y materializar su visión.
Lluís Miquel Sala, uno de los fundadores de Integrity in Motion, y Lluís Mellado, colaborador de la misma, explican que esta iniciativa se constituye en Barcelona en 2010 con la finalidad de poner en marcha proyectos e iniciativas que aporten una importante mejora social en un amplio abanico de ámbitos sociales y económicos, como el educativo, cultural, artístico, científico, económico, energético, urbanístico, alimentario o de salud. Es decir, todo aquello que tenga un impacto positivo en el bienestar integral del ser humano.
El punto de partida de Integrity in Motion es “la creación de un mundo más consciente para vivir en un mundo mejor” porque la profunda crisis social que está viviendo el planeta, no sólo económica sino también de ética y valores –y, en definitiva, de integridad individual- hace necesaria la revisión y puesta en marcha de iniciativas que ofrezcan una alternativa a la manera como se han hecho las cosas hasta ahora.
Por tanto, Integrity in Motion se constituye como empresa humanizada que se asienta, por un lado, en la profesionalidad de la gestión y organización empresarial y, por otro, en la ética como garantía y seguridad de tal gestión. En definitiva, Integrity considera que apostar por la integridad es disponerse a conciliar armónicamente el propio bien con el bien común, algo que a largo plazo garantizará el crecimiento y la evolución de la civilización humana.
La misión de Integrity in Motion consiste en contribuir a crear iniciativas y forjar vínculos con otras iniciativas, apoyando la creación de una red de empresas y proyectos basados en la integridad.
Integrity in Motion se ha constituido como una sociedad limitada, y no como una fundación, asociación u ONG, para poder dar ejemplo a otras empresas; porque como empresa garantiza la eficiencia y el éxito en el cumplimiento de los objetivos establecidos; porque constituida como empresa garantiza una autonomía y libertad de decisión y acción que no permiten otros modelos organizativos y puede autofinanciarse y es autosuficiente para invertir el capital allí donde el consejo de administración considere más apropiado; y, por último, porque Integrity tiene la voluntad de contribuir con sus impuestos a la Hacienda Pública y poder así participar en la construcción del bienestar social.
La fuente de ingresos de Integrity procede de cuotas anuales de los miembros (de 20 o 60 euros), del patrocinio ofrecido por personas físicas y empresas, y de los beneficios que Integrity obtenga de su propia actividad económica por la venta y distribución de productos y servicios. Los beneficios obtenidos se invertirán, entre otras cosas, en: generar puestos de trabajo; enseñanza de valores y formación en disciplinas sociales; apoyar a investigadores y emprendedores pioneros en sus respectivas áreas de conocimiento; realizar y favorecer negocios, éticos, legales y honestos; invertir en obras sociales para ayudar a la pobreza marginal existente en el planeta.