El pasado 21 de noviembre, la Guardia Civil y el Servicio de Vigilancia Aduanera llevaron a cabo en el Puerto de Tarragona la operación “BALÚ”, que culminó con la detención de tres personas y la incautación de más de 140 kilogramos de cocaína ocultos en el interior de un contenedor de bananas procedentes de Ecuador.
Las investigaciones se iniciaron a mediados de octubre cuando los agentes detectaron la llegada de un buque con bandera Maltesa procedente de Ecuador, la descarga de varios contenedores con mercancía declarada como bananas que tenían como destino una empresa de Valencia.
Por tal motivo, la Unidad de Análisis de Riesgo de la Aduana de Tarragona, de la que forman parte agentes de la DAVA y de la Guardia Civil, procedieron a la inspección de los contenedores hallando en su interior un total de 903 planchas que ocultaban cocaína cuyo peso superaba los 140 Kilogramos.
Continuando con las investigaciones, los agentes establecieron en la localidad de Valencia, un dispositivo de vigilancia y control de los implicados, dando como resultado la detención de dos hombres de nacionalidad colombiana y ecuatoriana y una mujer de nacionalidad española.
Durante el registro practicado en el domicilio de los tres detenidos, los agentes hallaron pequeñas cantidades de cocaína dispuestas para su venta al menudeo, una balanza de precisión, así como más de 4.000 euros en efectivo, teléfonos móviles y documentación que permite confirmar la vinculación de los detenidos con las gestiones de importación de los contenedores.
La red desarticulada estaba perfectamente estructurada y tomaba numerosas medidas de seguridad para evitar que la droga fuera descubierta.
La mercancía importada transportaba la droga hasta una cooperativa agrícola de una población cercana a Valencia. Una vez que la mercancía llegaba a las cámaras frigoríficas, la organización sustituía las cajas que contenían la droga por otras, alegando un deterioro durante el transporte.
De esta forma conseguían que los bananos que habían superado los controles sanitarios, llegaran finalmente a comerciantes para su distribución legal.
Los agentes descubrieron que los paquetes que ocultaban la droga se caracterizan por encontrarse perfectamente impermeabilizados y camuflados, dificultando de esta manera la actuación de los perros detectores de droga que la Guardia Civil utiliza habitualmente en las inspecciones fiscales.