La asociación Intermed, integrada por los puertos de Barcelona, Marsella y Génova, defendió la semana pasada en el Parlamento Europeo el gran potencial de los puertos mediterráneos en el logro de una logística europea más equilibrada y sostenible.
El presidente de la asociación y máximo responsable del Puerto de Marsella, Jean-Claude Terrier, presentó el pasado lunes 12 de noviembre la ponencia «El rol de los puertos del Mediterráneo para alcanzar una red de transportes y una logística europea más sostenible y eficiente» ante representantes de alto nivel de la Dirección General de Movilidad y Transporte de la Unión Europea (UE) y miembros del Comité de Transportes del Parlamento Europeo. Por parte del Port de Barcelona participó el subdirector general de Estrategia y Comercial, Santiago Garcia-Milà, quien también ocupa la Secretaría de Intermed y, desde la semana pasada, la Presidencia de la European Sea Ports Organisation (ESPO). En representación del Puerto de Génova asistió el secretario general, Giovanni Battista de Aste.
Según los datos aportados por Intermed, durante los últimos años se ha producido un significativo incremento del tráfico de contenedores en la ruta Extremo Oriente-Europa. Este flujo de comercio internacional (de más de 19 millones de TEUs al año) es canalizado en un 75% por los puertos del norte de Europa, como Rotterdam, Amberes y Hamburgo. La combinación de diversos factores marítimos y de conectividad (infraestructuras de transporte multimodal, economías de escala, etc.) explican este desequilibrio entre la captación de cargas asiáticas por parte de los enclaves del norte y del sur de Europa.
Esta situación reduce la eficacia y la sostenibilidad del sistema de transporte europeo y, a largo plazo, perjudica la competitividad de la economía europea. «Si no corregimos este desequilibrio, la Unión Europea fracasará en su objetivo de reducir en un 60% las emisiones contaminantes, tal como establece el Libro Blanco de Transportes», declaró el presidente de Intermed.
Varias razones económicas, logísticas y medioambientales indican que una proporción significativa del flujo comercial procedente de Extremo Oriente se puede vehicular por los puertos del Mediterráneo. De acuerdo con los estudios elaborados por Intermed, si no se toman medidas y se mantiene el sistema actual, las emisiones de CO2 que genera el tráfico entre Asia y Europa se incrementarán en un 199% en los próximos 10 años. En cambio, si las infraestructuras del sur de Europa se convierten en una verdadera alternativa para estos flujos de carga, el incremento sólo será del 47%.
Durante la presentación, se resaltó el hecho de que varias compañías multinacionales han entendido las grandes oportunidades que ofrece el Mediterráneo en sus procesos de distribución y han invertido en ciudades como Barcelona, Marsella y Génova, al tiempo que también lo han hecho los grandes operadores portuarios mundiales, tales como Hutchison Port Holdings, CMA CGM, DP World y PSA.
Durante los últimos años, se ha producido una importante concentración de equipamientos logísticos en los puertos asociados a Intermed, que hoy disponen de una calidad de servicio equivalente a la de sus competidores del norte. En 2015, Barcelona, Marsella y Génova dispondrán de una capacidad total de más de 17 millones de TEUs. Los diferentes proyectos de ampliación y modernización desarrollados por estos enclaves en la última década hacen que estén preparados para afrontar los retos de futuro y conseguir que la fachada mediterránea sea una alternativa real a la norte-europea, tal como se puso de manifiesto durante la ponencia.
Para finalizar, los puertos integrados en Intermed defendieron la nueva Red Transeuropea de Transporte (TEN-T) propuesta por la Comisión Europea como una oportunidad para mejorar la competitividad de Europa y lograr un mayor equilibrio entre las infraestructuras del norte y el sur del continente. La apuesta por los puertos mediterráneos permitirá reducir la congestión de las instalaciones del norte, así como los costes logísticos y ambientales. Además, la mejora de las infraestructuras y la conectividad del sur de Europa redundarán en una mayor cohesión económica y social de la Unión, según Intermed.