Las negociaciones entre La Naval de Sestao y un prestigioso armador noruego, cliente habitual del astillero de Sestao, se han visto frustradas a favor de Corea, como consecuencia del retraso de la Comisión Europea en pronunciarse sobre la devolución de las hipotéticas ayudas concedidas a los astilleros españoles. Casi dos años después de la suspensión del tax lease por la investigación iniciada en Bruselas sobre el tax lease español.
La construcción de este buque hubiera supuesto para La Naval, carga de trabajo hasta el año 2015 generando 1,7 millones de horas de empleo, así como relevantes pedidos para la industria auxiliar española que también está sufriendo las devastadoras consecuencias del retraso.
Lamentablemente, este no es un hecho aislado. La incertidumbre generada por la decisión aún por tomar por parte de la Comisión Europea en relación a la devolución de las supuestas ayudas, pone en cuestión la solvencia de todos los astilleros españoles frente a los armadores y dificulta el acceso a las garantías y financiación indispensables para la construcción.
Esta situación hace que el nuevo sistema de financiación de activos, entre los que se encuentran los buques, aprobado el pasado 20 de noviembre de 2012 por parte de la Comisión Europea, resulte manifiestamente ineficaz mientras la institución de referencia no se pronuncie sobre el pasado.
Las reflexiones que se pueden extraer sobre la situación del sector de construcción naval europeo, resultan demoledoras. Mientras por motivos exclusivamente comerciales, países como Holanda han iniciado una feroz escalada de denuncias frente a sus competidores, entre los que se encuentra España, la cuota de mercado de Europa frente a los países asiáticos, ha disminuido del 23% al 5% en los últimos trece años.