Aunque es de difícil cálculo, porque los resultados pueden ser distintos según las variables utilizadas y según la evolución de las economías, el valor del sector logístico a nivel global asciende a uno 5,4 billones de euros, o lo que es lo mismo, al 13,8% del PIB mundial. Sólo Europa y Norteamérica reportan un gasto anual en logística de aproximadamente un billón de euros. Las cifras hablan por sí solas.
En logística abundan los datos. Mientras que algunos expertos apuntan que el 50% de los costes de la cadena de suministro se los lleva el transporte, otros indican que esta actividad representa entre el 30% y el 35%. Pero en logística deben tenerse en cuenta otros datos, por ejemplo: lo que cuesta el almacenaje, aproximadamente un 25%; los costes de inventario, que pueden representar algo más del 20%; los servicios de atención al cliente, que oscilan entre un 15% y un 17%; los costes de gestión logística, alrededor del 7%…
La suma de todos estos promedios arroja un resultado más claro para el consumidor: la logística supone de media entre un 10% y un 15% del coste final de un producto terminado.
Infinitas son las probabilidades e infinitos los resultados porque están en función del tipo de actividad del cliente y de la dimensión del operador logístico.
Del transporte a la logística integral
La cadena de suministro ha evolucionado radicalmente en muy pocos años en un intento de adaptarse a las exigencias de la globalización. Si inicialmente, cuando sólo se hablaba de cadena logística, que implicaba la gestión del transporte, el almacenamiento, el inventario y, en algunos casos, compras y atención al cliente, a principios de la década de los noventa apareció lo que hoy comúnmente se denomina gestión de la cadena de suministro o logística integral. Es decir, además de la planificación del transporte, las compras y la logística en el almacén, se le vinieron a sumar aspectos relacionados con la producción como el desarrollo de productos, las finanzas, el marketing y las ventas.
A lo largo de los últimos veinte años, el mercado de los operadores logísticos, muy segmentado y con multiplicidad de empresas, ha vivido una profunda y radical reestructuración: actualmente el sector logístico está dominado por grandes empresas o megaoperadores que dan servicios globales y que controlan las cadenas de suministro a nivel mundial de potentes industrias como la farmacéutica, la automovilística, la electrónica o el retail. Estas grandes cadenas logísticas exigen dominar a la perfección el transporte aéreo, marítimo y terrestre, la gestión del aprovisionamiento y los stocks (hoy en día ya se habla que en según qué operaciones un avión o un barco es el almacén de una industria), además de las tecnologías más innovadoras para tener informado al cliente en tiempo real, entre otras muchas cosas.
Por otro lado, y más recientemente, los operadores logísticos se han visto obligados a introducir nuevos conceptos y nuevas estrategias relacionadas con la sostenibilidad. La concienciación social sobre el cambio climático y la necesidad de reducir las emisiones contaminantes generadas por el transporte y la actividad logística, ha llevado a los operadores logísticos a implementar políticas medioambientales que, no sólo para sus clientes sino para la sociedad en general, aportan valor añadido, aunque también comportan realizar más inversiones en, por ejemplo, flotas de vehículos de última generación menos contaminantes, o naves logísticas sostenibles y medioambientalmente más eficientes.
Tendencias de los operadores logísticos en Europa
Hasta la llegada de la crisis mundial, la globalización de la producción y de las cadenas de suministro había generado un incremento en la demanda de transporte. Ahora las circunstancias son otras, pero no por ello los operadores logísticos deben dejar de innovar y de invertir porque las exigencias de los clientes siempre van en aumento y son altamente cambiantes (deslocalización de centros de producción, entrada en nuevos mercados, múltiples proveedores en distintas áreas geográficas…).
En Europa se dan distintas tendencias dentro del sector de los operadores logísticos.
Por un lado, algunas empresas están llevando a cabo una centralización de la organización logística en centros de distribución europea y regional, pero, por otro lado, y debido a la saturación de las carreteras europeas, también se está produciendo una descentralización que en teoría permite a los operadores dar una respuesta rápida a las necesidades de los clientes.
Otra tendencia al alza es la externalización de actividades logísticas. Las empresas y las industrias se dedican cada vez más a su core business y subcontratan no sólo el transporte, como antaño, sino servicios logísticos multifuncionales a más largo plazo.
Actualmente las empresas clientes de los operadores logísticos destinan en Europa una media del 66% del total de sus gastos de logística a la contratación externa. Se espera que este gasto aumente en los próximos cinco años.
Así pues, el incremento de la externalización está provocando un mayor grado de integración organizativa entre operador y cliente; integración que sólo se consigue a través de las tecnologías de la información.
Según la European Logistics Association (ELA) y AT Kearney, que han elaborado un estudio sobre los retos actuales en la gestión de la cadena de suministro y las tendencias de futuro, las cadenas de suministro de los próximos años van a tender hacia una mayor diferenciación, hacia una mayor preocupación en lo que respecta a su sostenibilidad, tanto desde un punto de vista de las emisiones contaminantes como desde un punto de vista de eficiencia energética. Y, en un marco de globalización económica, las cadenas también tenderán a hacerse más regionales. En este sentido, y según las conclusiones del estudio, los dirigentes del sector logístico están convencidos de que la gestión de las cadenas de suministro va a ganar importancia en la estrategia empresarial global. La gestión de la supply chain se centrará en tener habilidad y destreza para dominar la planificación y el control de las cadenas con el fin de ganar eficiencia de la mano de profesionales más formados y especializados.
La crisis obliga a replantear las cadenas de suministro
El 60% de las empresas se está replanteando su cadena de suministro y su relación con los operadores logísticos, y sólo el 42 por ciento de los fabricantes está satisfecho con la capacidad de sus proveedores logísticos. Estas son las principales conclusiones del Estudio Anual de Logística (3PL) realizado por Capgemini, el Instituto de Tecnología de Georgia, Oracle y Panalpina.
El estudio, que examina en profundidad el mercado mundial de la externalización de la logística y está basado en las respuestas de las empresas de transporte y los proveedores de servicios logísticos en América del Norte, Europa, Asia Pacífico y América Latina, arroja datos que confirman lo rápidamente cambiantes que pueden llegar a ser las relaciones y las necesidades entre clientes y operadores logísticos. Además, la recesión económica ha creado importantes retos para las empresas que necesitan enviar sus productos y para los proveedores de logística.
Otros datos relevantes que arroja el estudio son, por ejemplo, que un 82% de las empresas quieren reducir sus costes de transporte. Aunque este es un deseo totalmente comprensible, no hay que olvidar que el sector del transporte está sufriendo una de sus peores crisis, confirmada no sólo por el elevado número de cierres de empresas, sino por las pérdidas o lo márgenes irrisorios que obtienen aquellas que han conseguido, de momento, subsistir.
Otros dos datos que interesan a los operadores logísticos y que les puede animar a innovar y a ser más competitivos para ganar nuevos clientes: un 60% de las empresas se están replanteando sus cadenas de suministro y las relaciones con los operadores logísticos; un 88% de los fabricantes asegura que los servicios logísticos basados en Tecnologías de la Información (TI) son importantes, pero sólo el 42% está satisfecho con la capacidad de sus proveedores. Las empresas exigen que su cadena de suministro sea altamente flexible y, por tanto, exige máxima visibilidad.
Queda claro pues, que la inestabilidad económica y la incertidumbre en la evolución del comercio internacional y el consumo mundial está conllevando un cambio en las relaciones entre clientes y operadores logísticos porque, ahora, la demanda es impredecible; los costes del combustible son inestables –y al alza-; hay exceso de stocks; y las divisas están en constante fluctuación.
Ni empresas ni operadores tienen información suficiente –porque no existe- para poder ejercer un mínimo control de todas estas variables, pero conseguir construir un buen tándem cliente-operador, basado en la transparencia, va a permitir a ambos la mejora de sus procesos. El operador logístico, si quiere ser un socio eficaz para su cliente, debe entender todo su negocio y no solamente la parte logística del mismo.
La eficiencia logística va mejorando en todo el mundo
El Banco Mundial ha publicado una nueva encuesta sobre los aspectos logísticos del comercio y la capacidad de los países para transportar mercancías de manera eficiente y para conectar a los fabricantes con los consumidores en los mercados internacionales. El informe Connecting to Compete 2010: Trade Logistics in the Global Economy constata que la logística comercial internacional está mejorando en todo el mundo, pero que todavía es preciso avanzar, sobre todo en eficiencia y reducción de costes, para acelerar el crecimiento económico y ayudar a las empresas a obtener los beneficios de la recuperación del comercio. Además, todavía existen ámbitos en los que cabría mejorar para aumentar la eficiencia logística de los países, incluso la de los países desarrollados: las infraestructuras relacionadas con el comercio: puertos, vías terrestres de conexión y, sobre todo, ferrocarril.
Aunque el estudio deja claro que existe una marcada “brecha logística” entre los países ricos y la mayoría de los países en desarrollo, señala que se están observando tendencias positivas en algunas esferas que son fundamentales para el desempeño logístico y el comercio, entre ellas la modernización de las aduanas, el uso de tecnología de la información y el desarrollo de servicios privados de logística.
No sorprende que Alemania ocupe el primer lugar en la lista de las 155 economías clasificadas conforme a los indicadores del desempeño logístico basados en una completa encuesta mundial a transportistas internacionales y empresas de transporte para envíos urgentes.
El estudio señala que si los países en desarrollo mejoraran su logística hasta alcanzar un nivel medio, el comercio mundial aumentaría un 15% y las empresas y los consumidores se beneficiarían de una disminución de los precios y de una mayor calidad de los servicios.