Los trenes de Renfe evitarán la emisión de 2,5 millones de toneladas de dióxido de carbono (gas de efecto invernadero) a la atmósfera en 2010, una cifra equivalente a la que genera el consumo energético de los hogares de una población de 8 millones de habitantes. En 2010, Renfe continuará con la modernización de su flota de trenes y la ampliación de sus servicios, lo que permitirá seguir aumentando la eficiencia de los tráficos, el ahorro de energía y la reducción de emisiones del sistema de transporte en su conjunto por el efecto de sustitución modal.
Asimismo Renfe prepara un nuevo Plan de Eficiencia Energética que le permitirá una disminución de sus costes energéticos en 53 millones de euros y una reducción de sus emisiones de dióxido de carbono de 115.000 toneladas en 2011, cifras exclusivamente ligadas a su actividad como operador de transporte, al margen de las que arroja el cálculo por sustitución modal.
Por todo ello, se prevé que la reducción de las emisiones de CO2 de Renfe por Unidad Transportada continúe hasta situarse en 2020 por debajo de 20 gramos, un descenso del 57% respecto a la cifra de 1990. Esto quiere decir que, de acuerdo con las previsiones de la Comisión Europea (UE), la emisión unitaria de CO2 de los trenes de Renfe será casi 5 veces menor que la propuesta del organismo para los automóviles en 2020 (95 gramos).