
El conseller de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat de Catalunya, Santi Vila, fue el invitado del Propeller Club de Barcelona (www.propellerclub.com) el martes 17 de septiembre. El conseller, que estuvo acompañado por el director general de Transports i Mobilitat, Pere Padrosa, participó en el almuerzo-coloquio mensual del Propeller de Barcelona, que reunió a cerca de una cincuentena de empresarios y directivos del sector logístico. Al encuentro también asistió el presidente de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) y de FETEIA-OLTRA, Enric Ticó.
El conseller empezó su intervención felicitando al Propeller de Barcelona por sus reuniones mensuales, manifestando que “es una actividad totalmente necesaria para poner en común temas, dudas, retos y dificultades” del sector. Y añadió que la Conselleria que dirige ”tiene una agenda que sintoniza con lo que han sido y son sus preocupaciones y sus exigencias desde hace muchos años” –en referencia a la diversidad de empresarios y directivos del ámbito logístico que actualmente integran el Propeller Club de Barcelona.
En su intervención, Santi Vila reconoció que en España “las decisiones en materia de infraestructuras se han tomado excesivamente vinculadas a criterios políticos y en muy pocas ocasiones apuntaladas o afianzadas por una argumentación de rentabilidad económica o de retorno social”. Ejemplo de ello es que, según el conseller, “cuesta justificar que la segunda y la tercera ciudad del Estado, Barcelona y Valencia, respectivamente, todavía no tengan la conexión ferroviaria que deberían tener. Son atrofias que entre todos hemos hecho posibles y que hay que corregir”, indicó.
En referencia a los recientes acuerdos suscritos con el Ministerio de Fomento, Santi Vila indicó que son “unos acuerdos importantes para dinamizar al máximo el puerto de Barcelona y sus infraestructuras” y reconoció que a ello ha contribuido “la excelente relación y buena sintonía con el Ministerio de Fomento”.
Para el conseller, el haber resuelto los accesos ferroviarios y viarios de puerto de Barcelona, en los que se van a invertir 290 millones de euros (100 para los accesos ferroviarios y 190 para los viarios) “es un paso muy importante” y más cuando una de las características más importantes en el acuerdo de los accesos ferroviarios es que se van a hacer gracias al “concurso activo –es decir, movilizando recursos económicos propios– del Port de Barcelona”, además de la participación de Ferrocarrils de la Generalitat, dado que la intervención se va a hacer sobre su infraestructura. Para el conseller “esto es relevante, insólito e inédito hasta el momento porque, en general, las infraestructuras portuarias se financiaban con recursos presupuestario del Estado”. Será la primera vez en la historia del sistema portuario español que una Autoridad Portuaria, la de Barcelona, invierta el cincuenta por ciento en las obras de construcción de los accesos ferroviarios al puerto.
Santi Vila también se refirió al Corredor Mediterráneo, señalando que “se han dado pasos importantes” para intentar resolver “una de las atrofias existentes de más difícil justificación” porque “es realmente incomprensible que no hayamos sido capaces de dotar con infraestructuras un territorio en el que está la actividad económica”. Y de nuevo se refirió a la conexión ferroviaria entre Valencia y Barcelona, poniendo énfasis en que “no puede ser que tengamos treinta y pico kilómetros entre Valencia y Barcelona con vía única; esto no lo entiende nadie y menos siendo el segundo país del mundo que tiene más vías de ferrocarril de alta velocidad”.
Para Vila estas atrofias en materia de infraestructuras son el resultado de aplicar “un modelo basado en la toma de decisiones políticas por encima de las estrictamente económicas” y añadió que “es absurdo planificar las inversiones en materia de infraestructuras con criterios político-administrativos”.
En este sentido insistió en que, más que construir infraestructuras, “debemos ser capaces de gestionarlas bien para optimizarlas y rentabilizarlas al máximo, tanto las infraestructuras viarias, como las ferroviarias y las portuarias”.
Para finalizar su intervención, el conseller de Territori i Sostenibilitat puso de manifiesto que “en un mundo realmente global y competitivo, el papel de la Administración protectora se acaba. Desde Bruselas nos recuerdan que deberíamos ser, como lo hemos sido especialmente en Catalunya y en el conjunto del litoral, un país avanzado y abierto a la innovación, al progreso y la modernidad; esto es lo que nos puede garantizar salir de este entorno de recesión”.
A continuación se abrió un turno de preguntas con los socios del Propeller, una de las cuales hizo referencia al modelo actual del sistema aeroportuario español, haciendo especial hincapié en la necesidad de que el aeropuerto de la capital catalana tenga líneas intercontinentales de larga distancia.
El conseller de Territori i Sostenibilidad puso de manifiesto que el Gobierno catalán siempre ha sido partidario de la liberalización del sistema aeroportuario en España y añadió que “tenemos un sistema absolutamente secuestrado por Aena y eso nos perjudica a todos”. Para Vila “la liberalización aeroportuaria tendría que ser un objetivo compartido” y aunque al conseller le consta que “las autoridades del Estado comparten este objetivo”, es muy difícil “encauzar a sus propios instrumentos de gestión” aludiendo a los entes interlocutores como lo son Aena en el ámbito aeroportuario o Adif en el ferroviario. En este sentido Santi Vila añadió que “debemos avanzar en la liberalización del sistema aeroportuario y acabar con el monopolio de Aena; luego ya discutiremos quienes tienen que ser los agentes o los actores protagonistas de esta liberalización».
El último comentario del conseller hizo referencia a otro observación surgida en el coloquio: el de la necesidad de que la política no interfiera ni influya en el ámbito empresarial, especialmente el vinculado al sector logístico y que los profesionales de este sector sean más escuchados por las distintas administraciones.
Santi Vila se mostró totalmente de acuerdo con esta afirmación y puso de manifiesto que “el sector de la logística y el transporte ha sido y es importante porque tiene conocimiento y aporta valor añadido”. En consecuencia, “la política no debería molestar” al sector logístico; en todo caso “para el buen liberalismo, la política debería como máximo regular, pero no intervenir” declaró Vila y abogó por “ser capaces de empapar a todas las Administraciones y a todos los ámbitos de responsabilidad con esta filosofía”.