La inclusión del transporte marítimo en el régimen de comercio de derechos de emisión (ETS), que entró en vigor el pasado 1 de enero, supone la asunción de un reto por parte de la UE, pero también la aparición de una incertidumbre para el sector empresarial de la estiba española.
Empieza, por tanto, un año marcado por el desafío que supone la transformación energética para el sector marítimo portuario, pero también por la preocupación que comporta la posible pérdida de competitividad de nuestros puertos.
Aunque desde ANESCO asumimos esta nueva normativa medioambiental, cuyo objetivo es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y promover una transición hacia prácticas más sostenibles, el apoyo de la patronal de la estiba a la solicitud de una moratoria en su aplicación, así como la propuesta para la puesta en marcha de otras medidas de carácter paliativo, vino motivado por el temor a posibles fugas de transbordos.
En este año que ahora comienza, la Asociación Nacional de Empresas Estibadoras y Centros Portuarios de Empleo va a estar muy pendiente de la evolución de los tráficos para valorar el alcance y las consecuencias del ETS pues la posible pérdida de competitividad de algunos de los puertos españoles más importantes del Mediterráneo es nuestra principal preocupación en estos momentos.
Un tema sobre el que estamos trabajando y haciendo frente común junto con organizaciones como la Federación Europea de Operadores Portuarios y Terminales Privadas, FEPORT, y la Asociación de Armadores italiana, Assarmatori.
En este sentido también cabe señalar que una de las propuestas planteadas en la última reunión del Observatorio de Servicios Portuarios celebrada el pasado mes de diciembre fue realizar un estudio que recoja las consecuencias de la aplicación de esta nueva norma, por lo que seremos muchos los actores implicados que llevemos a cabo un seguimiento exhaustivo de su evolución.
El temor a la pérdida de competitividad de nuestros puertos a causa del desvío de barcos a puertos no europeos (pero muy cercanos a recintos comunitarios) se ha visto agravado con la caída de los tráficos experimentada en la mayor parte de los puertos españoles en estos últimos meses y por las tensiones a nivel internacional.
Por último, entre los desafíos a los que nos enfrentamos en este año que ahora empieza también nos encontramos con el nuevo Pliego de Prescripciones Particulares del servicio portuario de manipulación de mercancías, elaborado por Puertos del Estado, la necesidad de potenciar las conexiones ferro portuarias o la mejora de la seguridad laboral.