De entre los ocho programas aprobados por la Red Transeuropea de Transporte (TEN-T) en 2010 y actualmente en fase de desarrollo, destaca el proyecto piloto para evaluar la viabilidad de la utilización del gas natural licuado (GNL) en el transporte marítimo. Este proyecto, que se está llevando a cabo por un consorcio internacional con la participación de Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Suecia y Noruega, está dotado con 26 millones de euros.
Tras analizar la posibilidad de que los barcos puedan propulsarse con GNL, se iniciará un proyecto piloto que servirá de plataforma de pruebas de cara a utilizar a gran escala y en un futuro este combustible alternativo.
Los responsables del proyecto están identificando los factores críticos, como la cadena de suministro de GNL, las estaciones de abastecimiento marítimo, los aspectos de seguridad, las normativas que habría que desarrollar y los estándares de la industria y el sector. Un aspecto clave será la competitividad en precio frente a otros combustibles.
Si el resultado es satisfactorio, se abriría un nuevo mercado potencial para este combustible, sensiblemente menos contaminante que los fueles utilizados actualmente en el transporte marítimo.