Los datos que proporcionan las estaciones de la Red de Vigilancia y Previsión de la Contaminación Atmosférica (XVPCA) del Departamento de Territorio y Sostenibilidad indican que los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) se han mantenido estables durante el año 2017 respecto del año anterior. En concreto, cinco estaciones han presentado superaciones del valor límite anual –40 microgramos por metro cúbico (mg/m³) de aire– de las 68 que miden este contaminante en toda Catalunya. De estas cinco, tres están ubicadas en la ciudad de Barcelona (zona de calidad del aire 1, ZCA 1) –Eixample, Gracia-Sant Gervasi, y Poblenou–, una en el Vallès Oriental (Mollet del Vallés, ZQA 2), y la otra en el Baix Llobregat (Sant Andreu de la Barca, ZCA 2). Todas ellas son estaciones fijas, urbanas e instaladas cerca de la influencia de las emisiones derivadas del tráfico.
Si nos fijamos en la evolución de los niveles de los últimos tres años, de las 12 estaciones que superaban los límites en 2015, el número se redujo a seis en 2016 y cinco en el último periodo analizado, si bien es cierto que las medias anuales son ligeramente superiores a las de 2016. Un 83% de las estaciones de Barcelona y de su entorno –ZQA 1 y 2, que conforman el Ámbito 40, que son 25 de 30, cumplen el valor límite anual.
Más movilidad, mismas emisiones
Las concentraciones de NO2 se mantienen a pesar de que la movilidad está experimentando un aumento en todos los modos de transporte. Concretamente, el sistema de transporte público de la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM) de Barcelona ha cerrado en 2017 con 985 millones de viajes, lo que supone un crecimiento del 3,3% respecto al año anterior. En cuanto a la movilidad en vehículo privado en la Región Metropolitana de Barcelona, en 2017 se ha incrementado un 2,7% interanual, también según datos de la ATM.
El aumento de la actividad económica –un 3.9% del PIB interanual en Catalunya, según datos avanzados por el Idescat y el Departamento de la Vicepresidencia y de Economía y Hacienda– se refleja al mismo tiempo en otros indicadores que influyen en las emisiones. Es el caso del récord histórico de pasajeros que ha alcanzado el aeropuerto del Prat –con un incremento del 7,1%– o el aumento de las operaciones de movimiento de aeronaves –que han subido un 5,1%–. También el Port de Barcelona ha aumentado el tráfico, concretamente el 26%.
Tendencia a la estabilidad
Haciendo un seguimiento de la evolución interanual de la media global de NO2 medido en las estaciones de la conurbación de Barcelona –zonas de calidad del aire 1 y 2, que conforman el Ámbito 40– observa que disminuyó ligeramente a principios de la década y que en los últimos años se está manteniendo bastante estable.
En estas zonas, desde hace años, se incumple este valor límite en algunas estaciones de medición. Este es un hecho común en las grandes ciudades europeas. Por el contrario, en las aglomeraciones urbanas de nuestro país no se supera el valor límite horario de este contaminante, como ocurre en otras grandes ciudades debido a su mayor continentalidad y por los fenómenos episódicos pronunciados. Estos incumplimientos se consideran un tema de gran importancia que genera un intenso debate sobre cómo solucionarlos dentro de la Comisión Europea.
Reducir la contaminación
Hace años que el Departamento de Territori i Sostenibilitat trabaja para reducir este contaminante atmosférico en la conurbación de Barcelona. Por un lado, a través del Plan de actuación para la mejora de la calidad del aire, horizonte 2020, y, por otro, con la Mesa de la Calidad del Aire, formada por las diferentes administraciones implicadas, sectores económicos y sociales. Para reforzar las actuaciones, en marzo del año pasado, la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona, el Área Metropolitana de Barcelona (AMB), la Diputación de Barcelona y representantes locales aprobaron una serie de compromisos para reducir un 30% las emisiones vinculadas al tráfico en un plazo de 15 años.
La primera medida que se debe aplicar conjuntamente entre las administraciones desde el pasado 1 de diciembre es un protocolo de restricciones de circulación en los casos de previsión de altos niveles de dióxido de nitrógeno. Se prevé limitar el tráfico de la zona de bajas emisiones (ZBE) del ámbito urbano delimitado por las rondas de Barcelona. En esta situación de alta contaminación, se activará el plan de refuerzo del transporte público para ofrecer la máxima capacidad operativa. Esta medida aún no se ha tenido que poner en marcha porque no se han alcanzado niveles puntuales suficientemente elevados del contaminante.
Otras medidas, ‘congeladas’
A pesar de que la Generalitat se comprometió el pasado mes de marzo a restringir el tráfico en todo el Ámbito 40 a los vehículos más contaminantes –turismos de más de 20 años de antigüedad y furgonetas de más de 23– en las carreteras de su competencia, este punto ha tenido que quedar aplazado hasta que la Dirección General de Tráfico (DGT) haga la reforma del reglamento de circulación que se le ha reclamado varias veces para que permita sancionar a los vehículos que incumplan la prohibición. Este punto es importante ya que, según la Guía de cálculo de emisiones de contaminantes de la Generalitat, por ejemplo, un turismo de gasolina anterior a la normativa Euro 1 –de más de 20 años– emite 58 veces más NO2 que uno nuevo .
Tampoco se podrán aumentar las ayudas a la renovación de flotas en sectores estratégicos, como el del taxi o el de la pequeña distribución, como había previsto el Departamento de Territori i Sostenibilitat. El motivo es que no se ha podido habilitar el Fondo de protección del ambiente atmosférico ni el Fondo del cambio climático, que se tenía que nutrir con los recursos provenientes del nuevo impuesto sobre las emisiones de CO2, incluido en la Ley catalana de cambio climático, que el Gobierno ha recurrido al Tribunal Constitucional.
Menos vehículos y más limpios
Para mejorar la calidad del aire que respiramos es necesario conseguir una reducción de los vehículos que circulan y que estos sean más limpios. La apuesta es favorecer un trasvase modal del vehículo privado al transporte público e incentivar la renovación del parque móvil, que debe ser más eficiente y menos contaminante. Por todo ello, se continuarán aplicando los compromisos con las diferentes administraciones y se continuará reclamando al Estado la ejecución de las medidas necesarias. Especialmente en cuanto a la inversión en la mejora del transporte público, la modificación del reglamento de circulación y la finalización de las ayudas a los vehículos diesel.