El simulacro de derrame químico en aguas portuarias tuvo lugar en el muelle de la Energía del Port de Barcelona. Se trata del primer ejercicio con este tipo de producto, ya que hasta ahora sólo se habían llevado a cabo con hidrocarburos.
El simulacro consistió en el vertido de un producto disolvente mientras se realizaba la operación de descarga del buque tanque quimiquero White Lad , atracado en la terminal de TEPSA (32D). El derrame, que se produjo por un error en el cierre de una válvula, era de carácter tóxico y dañino para el ecosistema acuático y para la salud humana.
Para hacer frente a esta situación, se activó el Plan Interior Marítimo (PIM) de la terminal TEPSA y el del Port de Barcelona –dirigido, este último por el capitán marítimo–, así como el Plan de Autoprotección (PAU) en fase de alerta. También se movilizaron todos los medios de respuesta de ambos PIM.
Después de tomar las medidas oportunas de precaución por la toxicidad e inflamabilidad del producto, se procedió a contener la mancha y a recuperar el producto utilizando barreras, skimmers (dispositivo que permite separar el aceite del agua) y absorbentes. Todas las embarcaciones disponían de equipos de protección individuales para cada tripulante.
El ejercicio ha permitido poner en funcionamiento y comprobar la eficacia de la operativa del PIM del Puerto de Barcelona, que ha sido recientemente elaborado. También se ha podido ensayar la coordinación de los planes de la terminal y del Puert , así como el sistema de avisos y de movilización a través de la plataforma del PAU.
El simulacro contó con la participación del Servicio Marítimo de la Guardia Civil, la Policía Portuaria, Capitanía Marítima, Bomberos de Barcelona, SASEMAR, las terminales portuarias químicas que disponen de PIM (TEPSA, Terquimsa y RELISA) y el Port de Barcelona.
Este simulacro se enmarca en el nuevo ‘Sistema nacional de respuesta ante la contaminación marina’ (Real Decreto 1695/2012 , de 21 de diciembre), que establece un nuevo marco normativo para los planes de contingencia contra la contaminación marina accidental. Según éste, los puertos deben organizar y planificar la respuesta ante el derrame accidental en el mar no sólo de hidrocarburos, sino también de sustancias químicas que puedan dañar el ecosistema marino.