Según hace público ANAVE, la Asociación de Navieros Españoles, destacados representantes del sector marítimo, reunidos recientemente en la “London International Shipping Conference”, coincidieron en que no se deben adoptar nuevas normas medioambientales más estrictas sobre el transporte marítimo sin un análisis adecuado de su relación coste/beneficio adecuado de la tecnología disponible.
Peter Hinchliffe, Secretario General de la cámara naviera internacional (International Chamber of Shipping, ICS), se pronunció en este sentido, en referencia a los sistemas de tratamiento del agua de lastre y a la nueva normativa sobre combustible marino de bajo contenido en azufre.
Esta última entrará en vigor en 2015 y ha abierto el debate sobre la forma más rentable de reducir las emisiones de azufre a la atmósfera. Una opción es instalar a bordo de los buques depuradores de gases (scrubbers), aunque a un coste de alrededor de 1 millón de dólares por unidad. Otra opción sería utilizar combustible de bajo contenido en azufre, pero existen numerosas dudas sobre su disponibilidad y su coste.
Instalar en los buques nuevos equipos de tratamiento de agua de lastre supone igualmente un coste elevado: entre 1 y 5 millones de dólares por buque. En conjunto, las nuevas normativas medioambientales supondrían un coste total para el sector naviero de unos 500.000 millones de dólares, según estimaciones de los expertos.
Mark Brownrigg, Director General de la asociación de navieros británicos (UK Chamber of Shipping), señaló que los legisladores deben ser realistas e “ir más allá del arte de lo posible”.
Por otra parte, el Secretario General de la OMI, Koji Sekimizu, anunció, en estas mismas jornadas, una nueva iniciativa para promover un sistema de transporte marítimo sostenible, que permite el crecimiento del sector y a la vez el cumplimiento de la normativa medioambiental internacional.
Esta iniciativa promocionará la sostenibilidad a través de tres áreas claves del transporte marítimo: economía, medio ambiente y sociedad. La OMI ya ha desarrollado un mecanismo interno para que el sector colabore en la iniciativa. Sekimizu destacó que, para el éxito del proyecto, es necesario establecer políticas coordinadas, sobre las que deben trabajar sector y gobiernos, que cubran áreas esenciales para el sector marítimo, como el suministro y la disponibilidad de combustible, la formación, la seguridad y los puertos. Además, se debe contar con un proceso administrativo bien organizado y cooperativo, junto con el apoyo coordinado de entidades como los puertos.
También aplaudió el anuncio del gobierno británico de llevar a cabo un estudio sobre la demanda y la disponibilidad de combustible marino de bajo contenido de azufre, como ejemplo de medidas decisivas para abordar la sostenibilidad del sector. «La responsabilidad y el coste» de cumplir con las nuevas normativas medioambientales deben ser «compartidos por la sociedad, en lugar de atribuirlos únicamente al sector naviero».